De la mano del hombre se construyen culturas, se siembra, se crea. Con la mano saludamos (damos salud) y acariciamos. De la destreza de la mano surge el arte, la escritura, la pintura o la artesanía. Damos la mano, pedimos la mano, hablamos con las manos. Decía Kant que la mano es “el cerebro exterior del hombre”. Y es que son una exteriorización del cerebro y el corazón: en las manos se une la inteligencia y el amor.
Las manos son las alas del pensamiento. Con las manos aramos la tierra, sembramos las semillas, construimos civilizaciones, cultivamos culturas y cosechamos los frutos de la vida.
Slowlifecasa quiere reivindicar el poder de las manos para hacer posible todo aquello que soñamos. Soñar con un planeta más sostenible, con un ritmo de vida más calmado, con una experiencia en la naturaleza, con un acercamiento a la vida rural
Deja un comentario